Las temperaturas de aplicación de los crisoles o platos de evaporación varían según los materiales.

Los crisoles y los platos de evaporación, como recipientes utilizados para experimentos a alta temperatura y procesamiento de materiales, dependen del tipo de material y del proceso de fabricación para sus capacidades de resistencia al calor. Por lo general, los crisoles de cuarzo fundido y los crisoles cerámicos de alúmina pueden soportar temperaturas de más de 1.300 grados Celsius, adecuadas para diversas fusiones a alta temperatura y reacciones químicas. Los crisoles de grafito, conocidos por su alta resistencia al calor, pueden soportar temperaturas de hasta 2500 grados Celsius y se utilizan habitualmente en experimentos y procesos que requieren temperaturas extremadamente altas. Los crisoles metálicos, dependiendo del tipo de metal específico, tienen distintos rangos de resistencia a la temperatura y se utilizan para tratamientos específicos de alta temperatura y fusión de aleaciones. Los platos de evaporación presentan una estabilidad similar a altas temperaturas en experimentos y tratamientos especializados. A la hora de elegir, es fundamental tener en cuenta la resistencia térmica y las propiedades químicas del material para garantizar que el recipiente pueda soportar de forma segura y fiable los entornos de alta temperatura requeridos.