Para diversas aplicaciones en entornos de alta temperatura, Y&H ofrece una gama de productos resistentes a altas temperaturas adaptados a las diferentes necesidades de los clientes. Estos productos pueden clasificarse en
Productos de cuarzo
Productos de alúmina
Productos de carburo de silicio
Productos de magnesia
Productos cerámicos
Productos de grafito
Estos materiales pueden incluir mullita, circón y sillimanita. Normalmente, estos materiales se pueden fabricar en crisoles, saggers o placas según los requisitos del cliente. Además, Y&H ofrece servicios de personalización para satisfacer requisitos específicos o especiales de los clientes.
Los productos con forma de fibra cerámica se fabrican a partir de una mezcla de fibras refractarias mediante conformado al vacío, ofreciendo un rendimiento superior a altas temperaturas y resistencia autoportante. Los productos presentan una baja contracción dentro de su intervalo de temperaturas de funcionamiento y mantienen un elevado aislamiento térmico, ligereza y resistencia al choque térmico. Los productos conformados sin quemar pueden cortarse o mecanizarse fácilmente. Durante su uso, los productos muestran una excelente resistencia al desgaste y al desprendimiento, y no se corroen con la mayoría de los metales fundidos. Nuestros productos moldeados de fibra cerámica se presentan en varios tamaños y formas, como tubulares, cónicos, abombados y cuadrados, y pueden fabricarse según los requisitos del cliente, con opciones de endurecimiento superficial o completo según sea necesario.
Los hornos de alta temperatura dependen de materiales refractarios y técnicas de fabricación específicas para determinar sus temperaturas máximas de funcionamiento. Los materiales de fibra cerámica suelen funcionar hasta unos 1.750 grados Celsius, aunque pueden soportar hasta 1.800 grados Celsius, lo que garantiza un rendimiento estable en aplicaciones prácticas. Las espumas cerámicas, diseñadas para temperaturas de hasta 1.800 grados Celsius, ofrecen un excelente aislamiento térmico y resistencia al choque térmico en entornos de altas temperaturas. Seleccionar el material refractario adecuado es esencial para garantizar un funcionamiento seguro y eficaz de los hornos de alta temperatura en diversas aplicaciones industriales y científicas.
Los hornos de alta temperatura son componentes esenciales fabricados con diversos materiales refractarios. Algunos ejemplos son los hornos de ladrillos de alta alúmina, los hornos de fibra cerámica y los hornos de espuma cerámica, cada uno de los cuales sirve para fines distintos debido a sus propiedades únicas. Los hornos de ladrillos de alúmina, fabricados con óxido de alúmina de gran pureza, presentan una excelente resistencia a las altas temperaturas y estabilidad química, por lo que son ideales para procesos industriales como la fundición de metales y el tratamiento térmico. Los hornos de fibra cerámica, fabricados con fibras cerámicas refractarias de alta temperatura, son ligeros y de baja conductividad térmica, adecuados para aplicaciones que requieren ciclos rápidos de calentamiento y enfriamiento y eficiencia energética, como la sinterización en laboratorio y la cocción de cerámica. Los hornos de cerámica espumada utilizan materiales cerámicos espumados de baja densidad y alta porosidad, que ofrecen un aislamiento térmico y una resistencia al choque térmico superiores. A menudo se utilizan como materiales aislantes para soportes de crisoles de alta temperatura y en procesos de tratamiento térmico. La elección del material adecuado para hornos de alta temperatura es crucial para garantizar la estabilidad, seguridad y eficacia en entornos de alta temperatura en función de los requisitos específicos de la aplicación.
Los crisoles y los platos de evaporación, como recipientes utilizados para experimentos a alta temperatura y procesamiento de materiales, dependen del tipo de material y del proceso de fabricación para sus capacidades de resistencia al calor. Por lo general, los crisoles de cuarzo fundido y los crisoles cerámicos de alúmina pueden soportar temperaturas de más de 1.300 grados Celsius, adecuadas para diversas fusiones a alta temperatura y reacciones químicas. Los crisoles de grafito, conocidos por su alta resistencia al calor, pueden soportar temperaturas de hasta 2500 grados Celsius y se utilizan habitualmente en experimentos y procesos que requieren temperaturas extremadamente altas. Los crisoles metálicos, dependiendo del tipo de metal específico, tienen distintos rangos de resistencia a la temperatura y se utilizan para tratamientos específicos de alta temperatura y fusión de aleaciones. Los platos de evaporación presentan una estabilidad similar a altas temperaturas en experimentos y tratamientos especializados. A la hora de elegir, es fundamental tener en cuenta la resistencia térmica y las propiedades químicas del material para garantizar que el recipiente pueda soportar de forma segura y fiable los entornos de alta temperatura requeridos.
Los crisoles y los sagares son recipientes utilizados para reacciones químicas a alta temperatura o para fundir metales, y se clasifican en varios tipos en función de los requisitos de la aplicación y la selección del material. Los crisoles incluyen crisoles de porcelana, grafito, sílice y alúmina, cada uno adecuado para diferentes rangos de temperatura y entornos químicos. Los saggars abarcan saggars de arcilla, saggars de alúmina, saggars de carburo de silicio y saggars metálicos, utilizados para la cocción de cerámica en hornos, procesos cerámicos a alta temperatura y procesos de cocción en la industria del vidrio. La elección del crisol o el saggar adecuado garantiza un rendimiento y una durabilidad óptimos en diversas aplicaciones de alta temperatura.
Un crisol (坩埚) y un saggar (匣钵) son recipientes utilizados para reacciones químicas o para fundir metales a altas temperaturas. Fabricados normalmente con materiales refractarios como la cerámica o el grafito, poseen propiedades de resistencia a altas temperaturas y estabilidad química. Los crisoles suelen ser redondos, con una base ancha y una parte superior estrecha, lo que facilita el calentamiento uniforme y el control de los materiales fundidos. Los crisoles y sagares se emplean habitualmente en laboratorios, producción industrial y fundición de metales para tratamientos a alta temperatura y reacciones químicas.